El alcohol es una de las sustancias más consumidas por los jóvenes en España. Según estudios recientes, es habitual que adolescentes comiencen a beber en situaciones sociales, como fiestas o reuniones, con el fin de sentirse aceptados o desinhibidos. Esta práctica, conocida como binge drinking (consumo intensivo de alcohol en poco tiempo), es especialmente preocupante porque puede provocar intoxicaciones etílicas graves, pérdida de control y comportamientos de riesgo, como accidentes o peleas.
- Ejemplo práctico: Un joven de 16 años asiste a una fiesta donde la mayoría de sus amigos consumen alcohol. Aunque al principio duda, la presión grupal lo lleva a beber. Con el tiempo, comienza a depender del alcohol para socializar, lo que afecta su rendimiento escolar y sus relaciones familiares.
- Impacto: Además del daño físico, como problemas hepáticos o deshidratación, el alcohol interfiere con el desarrollo cerebral de los adolescentes, especialmente en áreas relacionadas con la memoria y la toma de decisiones.
Según los datos de la web del Gobierno de España sobre el Plan Nacional sobre Drogas:
El consumo de alcohol en la adolescencia aumenta las posibilidades de desarrollar en la edad adulta un consumo abusivo o una dependencia de bebidas alcohólicas.
En España, según datos de la Encuesta sobre uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España ESTUDES 2023 en jóvenes de 14 a 18 años, los adolescentes empiezan a consumir alcohol a los 14 años de promedio.
El 75,9% de los jóvenes entre 14 y 18 años ha bebido alguna vez en su vida y el 1,5% lo ha hecho diariamente el último mes. Durante los últimos 30 días, el 20,8% se ha emborrachado y el 28,2% ha bebido cinco o más copas, vasos o cañas de alcohol en un tiempo aproximado de 2 horas (binge drinking o consumo en atracón). Las mujeres beben y se emborrachan más que los hombres.
Los riesgos del “binge drinking o consumo en atracón”
Consumir alcohol “en atracón” produce intoxicaciones y puede provocar tolerancia al alcohol. Las investigaciones científicas que se están realizando sugieren que este patrón de consumo podría desencadenar alteraciones cerebrales irreversibles, sobre todo en el caso de los adolescentes. 
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Los jóvenes rara vez presentan cirrosis hepática u otros trastornos, que se suelen presentar en los adultos tras varios años de abusar del alcohol. Sin embargo las últimas investigaciones científicas han demostrado que el consumo de alcohol en la adolescencia, y especialmente el consumo “en atracón”, puede afectar el sistema nervioso central a distintos niveles:
- Interfiere en el desarrollo del cerebro que atraviesa un periodo crítico de cambios durante esta etapa, limitando su futuro y su potencial individual.
- Afecta, entre otras, la zona cerebral relacionada con la memoria y el aprendizaje (hipocampo).
- En los casos en que el consumo de alcohol produce síntomas de resaca o abstinencia, se producen daños sobre la memoria, el aprendizaje y la planificación de tareas.
Como consecuencia, se producen alteraciones de las relaciones personales, del rendimiento escolar, comportamientos violentos y conductas peligrosas para la salud como prácticas sexuales de riesgo o conducir bajo los efectos del alcohol.
Lo cual es una representación gráfica que no es baladí, y es un tema a tenerlo muy en cuenta.
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