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Delitos cometidos mediante internet o redes sociales, ¿siguen siendo delitos?

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Lo que está claro es ya no estamos en 1990, aquella era tan diferente a nuestros días (2023). Los años de lo analógico, de levantarse del sofá para encender la televisión o cambiar de canal, para subir el volumen. Aquellos años de videoconsolas muy sencillas con muy pocos megas de almacenamiento.

Eran tiempos en los que los niños estábamos mucho en la calle con muy diversos juegos.

Sin ir más lejos, el otro día con mis hijos bajé a la calle y les enseñé un juego que jugaba horas y horas con los de mi clase y alguno del barrio: le llamábamos «la raya». Era muy sencillo, y por aquel entonces coleccionábamos cromos de fútbol. Nos posicionábamos todos en una «raya» que era una fila de baldosas rojas. Cada uno tenía una piedra (era importante elegirla, por el rebote, deslizamiento…, pura ingeniería). Había que lanzar la piedra por turno al otro lado de la «raya», es decir, a dos o 3 metros donde la baldosa volvía a cambiar de color. El que más se acercaba ganaba, y si entraba dentro de la zona de raya o baldosa de otro color, contaba doble. Cada partida se apostaba un cromo, y el que ganaba se llevaba todos. Había días que perdías muchos, otros aparecías en casa con un taco que pa qué…. En definitiva, que aunque jugamos sin cromos, les encantó.

Y es que todo lo moderno no tiene que ser necesariamente mejor o más divertido.

Pues con esto voy a la INOCENCIA de nuestros menores de edad, que en muchas ocasiones están cometiendo delitos o rozando el límite legal del código penal. Porque al ser cometidos en redes sociales no son conscientes de la gravedad del asunto, de la importancia y trascendencia; del mucho daño que se puede hacer a otra persona con tan sólo un smartphone sin control ni conocimiento.

Aquí estamos hablando sobre todo de delitos como: abuso, coacciones y chantaje, fraude, envío de pornografía…

Con estas líneas, quiero intentar concienciaros de que el delito, sea «ciber» o presencial, es un delito. Hasta los 14 años son inimputables, es decir, aunque comentan delitos no se les puede imputar (no así la responsabilidad civil -dinero normalmente- derivada de aquel). A partir de 14 años «ya juegan en otra línea», y a partir de 18, entran en la Champions, es decir, la liga el adulto.

Por lo tanto, es deber de todos, enseñarles a usar bien la tecnología, a moderar, a comprender, a tener empatía, y también a enseñarles límites y qué pasaría si los sobrepasan.

Si tenéis cualquier duda de este texto, que puede ser algo complejo, escribirme sin problemas en la sección de contacto ;).

 

 

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