Buenos días!!! En esta ocasión os voy a dar un «poco la chapa» en forma de historieta…. historia basada en hechos reales. Ya me diréis qué os parece, ¿vale?
Había una vez un grupo de amigos universitarios: Marta, Carlos, Laura y Pablo. Los viernes por la noche, se reunían en la discoteca “La Esquina” para bailar, reír y olvidar las preocupaciones de la semana. 
Esa noche, la música retumbaba en las paredes y las luces de neón parpadeaban al ritmo de la música electrónica. Marta y Carlos bebieron más de la cuenta, riendo y brindando por la vida. Laura, la más sensata del grupo, solo tomó un refresco. Pablo, sin embargo, se dejó llevar por la euforia y se sumó a los tragos de sus amigos.
A medida que avanzaba la noche, Marta y Carlos se volvieron más desinhibidos. Salieron a la terraza para tomar aire fresco. Pablo, en su estado de embriaguez, insistió en conducir su coche para llevarlos a casa. Los demás intentaron disuadirlo, pero él se burló y se subió al volante.
El camino estaba oscuro y serpenteante. Pablo aceleró, ignorando las señales de tráfico. Marta y Carlos reían en el asiento trasero, sin percatarse del peligro. Laura, preocupada, le rogó a Pablo que se detuviera. Pero él seguía conduciendo a toda velocidad.
De repente, las luces de otro coche aparecieron en la curva. Pablo intentó frenar, pero era demasiado tarde.
El impacto fue brutal.
El coche de Pablo se estrelló contra el otro vehículo. Los cristales se rompieron, y el sonido del metal retumbó en la noche.
Cuando los servicios de emergencia llegaron, encontraron a Marta y Carlos atrapados en el coche destrozado. Ambos estaban inconscientes. Laura, con lágrimas en los ojos, culpó a Pablo por su imprudencia. Él, tambaleándose, apenas podía articular palabra.
Marta sufrió heridas graves y pasó semanas en el hospital. Carlos tuvo una fractura en la pierna y pesadillas recurrentes. El conductor del otro coche también resultó herido, pero sobrevivió. Pablo fue arrestado por conducir bajo los efectos del alcohol y causar un accidente.
La noche que debía ser de diversión se convirtió en una tragedia. Los amigos aprendieron una lección dolorosa: el abuso del alcohol puede cambiar vidas en un instante. Marta y Carlos nunca volvieron a ser los mismos, y Pablo cargó con la culpa de su imprudencia para siempre.
Recuerda, el consumo responsable es fundamental para evitar tragedias como esta. 😔
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