El otro día iba en el autobús y un grupo de chicos, de unos 15 años, reía a carcajadas con sus móviles en la mano. Uno de ellos mostró la pantalla y dijo: “Tío, esto es muy random, me dio un cringe brutal”. Yo me quedé mirándolos con cara de no entender nada. Random, cringe… palabras que no están en el diccionario, pero que para ellos tienen un sentido tan claro como para nosotros lo tuvo en su día un “mola” o un “de lujo”.
Lo que escuché allí no era solo una conversación, era la prueba de que los adolescentes han inventado un idioma nuevo. Un idioma que no nace en los libros ni en la escuela, sino en las pantallas. En un emoji que sustituye a una frase entera, en un sticker que expresa mejor un estado de ánimo que cualquier párrafo, en un meme que, repetido entre amigos, se convierte en muletilla privada.
Ese lenguaje funciona como una especie de código secreto. Quien lo domina, pertenece; quien no lo entiende, queda fuera. Y ahí radica su poder: no es solo una manera de hablar, es también un símbolo de identidad. Como padres y adultos, a veces nos sentimos perdidos, como si nos hablaran en otro idioma. Pero esa distancia puede ser también una oportunidad. Cuando un padre pregunta a su hija qué significa “XD” o por qué algo es “cringe”, se abre un espacio de complicidad. La adolescente sonríe, explica, y por un instante se siente escuchada. Ese instante vale más que cualquier manual de convivencia digital.
No se trata de imitarlos, porque usar sus palabras sin naturalidad solo suena forzado. Se trata de entender que detrás de ese lenguaje hay creatividad, ganas de pertenecer y de diferenciarse del mundo adulto. Y también, de enseñarles que cada contexto requiere su manera de expresarse: que un “tqm” puede estar bien en un chat con amigos, pero no en un trabajo de clase o en una entrevista de futuro.
El idioma de los jóvenes nos recuerda que las palabras están vivas y que cambian con la sociedad. Si dejamos de juzgar y empezamos a escuchar, veremos que, en el fondo, lo que dicen con un emoji o con un “cringe” no es tan distinto de lo que dijimos nosotros a su edad: es la eterna necesidad de sentirse parte de algo, de tener un lenguaje propio, de ser comprendidos.
¿Qué palabras conoces de los tiempos de ahora y qué significan?