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Pantallas y móviles en adolescentes: cómo empezar bien el nuevo curso

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Septiembre siempre llega con olor a libros nuevos, mochilas listas y nervios por el reencuentro con los compañeros. Pero también con una mochila invisible: la de las pantallas y los móviles. Tras un verano de horarios más flexibles y mayor tiempo libre, muchos adolescentes han pasado más horas conectados que durante el curso. Ahora toca reajustar hábitos digitales para que el regreso al instituto o al colegio no se vea afectado.

El reto de septiembre: reorganizar tiempos

Durante el verano, el móvil se convierte en el gran aliado para chatear, ver series, jugar o navegar sin prisa. El problema llega cuando esos hábitos se trasladan a la rutina escolar: quedarse despiertos hasta tarde con el móvil, estudiar con notificaciones constantes o perder horas valiosas en redes sociales.

Volver al cole es una oportunidad perfecta para renegociar el papel de las pantallas en la vida de los adolescentes. ¿Qué te parece?

Te dejo este link, donde encontrarás varios recursos, como vídeos y libros, que quizás te sirvan para ayudar a tus hijos: https://www.familiainformada.com/charlas-online/Ebooks-c179592529

Como se que no es fácil, aquí os dejo algunas pautas que quizás os sirvan 😉

1. Reajustar horarios de sueño

Dormir con el móvil en la mesilla suele alargar las horas de conexión y restar descanso. Una norma sencilla: el móvil fuera de la habitación a la hora de dormir. Ayuda a que recuperen la energía necesaria para el colegio. Vuelve al reloj con alarma «de toda la vida». Lo agradecerás.

2. Establecer rutinas claras

Fijar tiempos de uso tras las tareas escolares. Por ejemplo: primero deberes, luego un rato de ocio digital. Así el móvil no se convierte en un distractor permanente.

3. Crear espacios libres de pantallas

Las comidas, el estudio y los primeros 30 minutos tras levantarse pueden ser “zonas libres de móvil”. Esto favorece la concentración y la convivencia familiar. Os lo digo siempre, no abogo por controles parentales, sino por crear este tipo de espacios.

4. Dar ejemplo como adultos

De poco sirve pedir a los adolescentes que reduzcan el uso si los padres miran el móvil a cada rato. La coherencia es clave. Y ahí fallamos mucho, piénsalo. Ve a ajustes: bienestar digital: sorpresa!

5. Conversar, no prohibir

Los adolescentes necesitan entender el “por qué” de las normas. Hablar sobre los riesgos (falta de sueño, notas más bajas, ansiedad en redes sociales) y también sobre los beneficios de un uso equilibrado.

Señales de alerta

Si notas que tu hijo pierde demasiado tiempo con el móvil, descuida estudios, deja de relacionarse cara a cara o se irrita al limitarle el uso, puede ser hora de buscar apoyo profesional o aplicar estrategias más firmes.

En positivo

El móvil no es un enemigo, sino una herramienta. Bien utilizado, puede servir para organizarse con el instituto, acceder a recursos educativos, comunicarse con amigos y hasta descubrir aficiones nuevas. La clave está en el acompañamiento y el equilibrio.

Aunque seguro que mucho de todo esto ya lo sabes….el inicio de curso es un momento ideal para resetear rutinas y reforzar límites sanos con el móvil. Con diálogo, normas claras y buen ejemplo en casa, es posible que los adolescentes vivan un año escolar más equilibrado y con menos dependencia de las pantallas.

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