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Recomendaciones de la Asociación Española de Pediatría sobre el uso de pantallas en la infancia y adolescencia: Una visión desde la Policía

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Por Paco. S, Agente tutor. 

El incremento en el uso de dispositivos digitales por parte de niños y adolescentes es un fenómeno que preocupa a numerosos sectores de la sociedad, incluida la Policía, ya que no solo afecta la salud física y mental de los menores, sino también plantea importantes desafíos en el ámbito de la seguridad y la convivencia. Recientemente, la Asociación Española de Pediatría (AEP) ha actualizado sus recomendaciones sobre el uso de pantallas en la infancia y adolescencia, basándose en nuevas evidencias científicas. En este artículo, abordaremos estas recomendaciones desde la perspectiva policial, enfocándonos en su impacto y las estrategias de colaboración para promover un entorno más seguro para nuestros menores.

Principales hallazgos y recomendaciones de la AEP

La AEP ha señalado que los efectos del uso excesivo de pantallas son multifactoriales, abarcando desde alteraciones del sueño hasta problemas en el desarrollo cerebral, la alimentación y la salud cardiovascular. Además, la asociación destaca que:

  • No se debe exponer a los niños menores de seis años a las pantallas, salvo en situaciones excepcionales y bajo supervisión adulta.
  • El tiempo de pantalla de los padres influye directamente en el de sus hijos, especialmente durante las comidas y en el dormitorio.
  • El uso de dispositivos para calmar o distraer a los niños puede generar problemas de autorregulación emocional y dependencia.
  • La multitarea digital afecta negativamente las habilidades cognitivas de los adolescentes.

Implicaciones para la Policía

Como agentes de seguridad y prevención, nuestro papel frente a esta problemática se centra en tres áreas principales:

1. Prevención del ciberacoso y otros delitos digitales

El uso excesivo e inadecuado de dispositivos digitales incrementa la exposición de niños y adolescentes a riesgos como el ciberacoso, el grooming y el acceso a contenidos inapropiados. Estas situaciones pueden derivar en consecuencias devastadoras para la salud mental y emocional de los menores.

Estrategias policiales:

  • Impartir charlas en centros educativos y comunitarios para educar a niños, padres y docentes sobre los riesgos de Internet y cómo prevenirlos.
  • Promover el uso de herramientas de control parental y la supervisión activa por parte de los padres.
  • Fomentar el reporte inmediato de cualquier actividad sospechosa en línea.

2. Fomento de la convivencia en el hogar y la comunidad

La Policía también puede colaborar en la promoción de entornos familiares saludables, donde el uso de pantallas sea equilibrado y supervisado. La evidencia presentada por la AEP resalta la importancia del tiempo que los padres dedican a sus hijos sin pantallas, algo que repercute directamente en su bienestar y comportamiento.

Recomendaciones:

  • Diseñar campañas de sensibilización sobre el impacto del tiempo de pantalla compartido entre padres e hijos.
  • Facilitar recursos educativos y recreativos en la comunidad que incentiven la interacción sin dispositivos digitales.

3. Promoción de un uso responsable de las tecnologías

La Policía, como parte de las instituciones públicas, puede abogar por medidas que regulen el acceso temprano de los menores a dispositivos con conexión a Internet y promuevan el uso saludable de la tecnología.

Acciones concretas:

  • Colaborar con centros educativos en la implementación de programas de educación digital.
  • Trabajar con legisladores para impulsar leyes que limiten la exposición de los menores a ciertos contenidos y fomenten el diseño de tecnologías más seguras.

Llamado a la acción conjunta

La AEP enfatiza que no se puede delegar toda la responsabilidad de proteger a los menores en las familias. Este es un problema de salud pública que requiere el compromiso de las administraciones, el sistema educativo y todas las instituciones involucradas, incluida la Policía. Nuestro deber es trabajar de manera conjunta para garantizar que los menores crezcan en un entorno donde las tecnologías sean una herramienta positiva y no una amenaza.

En conclusión, la actualización de las recomendaciones de la AEP ofrece una guía clara para abordar los riesgos asociados al uso de pantallas. Como Policía, estamos llamados a ser un pilar en la prevención y educación, apoyando a las familias y comunidades en la creación de un entorno más seguro para nuestros niños y adolescentes.

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